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Una de las tareas fundamentales de una sociedad regida por los valores es el esfuerzo colectivo por la defensa de la memoria.

Los judíos almerienses nos sumamos a la jornada de recordación de las víctimas de la Shoá que se celebra el día de hoy, 27 de enero.

 

En un mundo repleto de odio, manipulación histórica, bulos y teorías alejadas del empirismo histórico más básico, la defensa de la memoria colectiva es un deber moral de las sociedades que se hacen llamar democráticas. 

 

Entre los años 1.933 y 1.945, los nazis y sus colaboradores desarrollaron todo un mecanismo de investigación, maltrato, control, acinamiento, esclavitud y aniquilación masiva que llevó a millones de seres humanos a la muerte. Judíos, gitanos, personas del colectivo LGTBIQ+, personas con discapacidad, opositores políticos, y un largo etcétera, fueron llevados a campos de concentración y sometidos a las más ultrajantes torturas hasta la muerte.

 

En 2.025 estamos cada vez más cerca, por la natural (aunque no por ello menos dolorosa para el pueblo judío) desaparición de los últimos supervivientes de la Shoá, de perder aquellos testimonils vivos que acreditan las atrocidades acaecidas durante este inefable periodo de la II Guerra Mundial. 

 

Queda aquí plasmado el compromiso diario de los judíos almerienses con el respeto a la dignidad de las víctimas, con la defensa de su memoria y con la lucha contra todo intento de negación o tergiversación de tan dolorosa herida en lo más profundo del corazón de nuestro pueblo.