Noticia
Esta semana, centramos nuestra atención en una de las porciones más famosas y más inspiradoras de la Torá. Esta es la historia de un viaje desde Ur Kasdim, cerca de lo que hoy es Irak, rumbo a la Tierra Prometida.
Abram era llamado el “ivri”, el hebreo, porque provenía “desde el otro lado” del río Éufrates. Hay una explicación más cercana a su misión: todo el mundo estaba del lado del politeísmo y la idolatría y Abram estaba, solo, en el otro lado, el de la creencia en un D-s único.
¿Qué fue lo que lo inspiró a salir y dejar lo conocido, para buscar una visión más profunda de las cosas?. Hay un indicio en las primeras palabras de D-s al patriarca: “Lej lejá meártzeja umimoládetejá umibeit avija el haaretz asher areka”. Vete de tu tierra, de tu lugar de nacimiento y de la casa de tus padres, hacia la tierra que yo te indicaré. Génesis 12:1
La historia del viaje físico de Abram para entrar en Canaán y su viaje espiritual para convertirse en Abraham avinu plantea algunas incógnitas sobre su vida. El texto que leemos de la Torá no explica por qué D-s lo eligió específicamente, sin embargo, el Midrash enriquece lo que no está explícito. Aquí es, por ejemplo, donde encontramos la historia de un joven destruyendo los ídolos de su padre y culpando al ídolo más grande, exponiendo la hipocresía del paganismo circundante.
Pero es otro conocido Midrash (Bereshit Raba 39:1), el que narra una historia que explicaría cómo y por qué Abram responde a un llamado repentino de D-s:
“Rabí Itzjak dijo: Esto puede compararse con un hombre que viajaba de un lugar a otro cuando vio un birah doleket. “¿Es posible que este palacio carezca de un cuidador?” se preguntó.
El dueño del palacio miró hacia afuera y dijo: “Soy el dueño del palacio”.
De manera similar, debido a que nuestro antepasado Abraham dijo: “¿Es posible que el mundo carezca de un cuidador?”, el Santo Bendito Sea miró hacia afuera y le dijo: “Soy el Soberano del Universo”.
El significado de este Midrash depende de un término ambiguo, birah doleket, que describe aquello que captaría la atención de Abram. En ese sentido, Rab. Abraham Joshua Heschel (1907-1972), en su obra maestra “D-s en busca del hombre”, analiza el contraste entre las dos traducciones de birah doleket: “un palacio lleno de luz” y “un palacio en llamas”.
¿Qué vio exactamente Abram? Tal vez un palacio que irradiaba una luz brillante, o quizás un palacio que estaba ardiendo, envuelto en llamas. Estas dos lecturas de la palabra doleket exponen perspectivas diferentes: una enfatiza la belleza del mundo en el que vivimos, y la otra resalta su potencial para la destrucción.
Al imaginar el mundo como “un palacio lleno de luz”, Heschel ve a Abram conectado con su entorno como nadie lo había hecho antes que él, y que se dijo a sí mismo: “un mundo de belleza, orden y luz no podría haber surgido por sí solo”. Así descubre, maravillado, que debía haber un Creador.
Por otro lado, Heschel postula un enfoque completamente diferente: afirma que, así como muchos “sienten las preguntas fundamentales en momentos de horror”, tal vez Abram miró a su alrededor y vio “un palacio en llamas”, un mundo envuelto en un infierno de caos y maldad.
Según esta interpretación, Abram se da cuenta de que un mundo creado perfecto estaba siendo destrozado por la violencia y el caos humanos, y encuentra razones para creer en D-s, a pesar de la evidencia aparentemente abrumadora de lo contrario. Porque D-s es el dueño del palacio, y nos mira a través de una ventana abierta esperando que actuemos.
Abram se convirtió en Abraham cuando vio ambos palacios, un mundo en llamas y un mundo resplandeciente, y asumió que su misión era tender un puente entre esos dos mundos.
Y esa es también nuestra misión: asumir que tenemos una responsabilidad ya sea para traer belleza a la Creación, como para apagar las llamas que la ponen en peligro.
Volver a recorrer las historias de Génesis es volver a conectar con la naturaleza de la Creación, que nos recuerda de dónde venimos y nos conecta eternamente. Para el hombre de fé, la búsqueda de bienestar espiritual en tiempos de crisis es una declaración y también un destino: no estamos solos. Porque, en palabras de Abraham Joshua Heschel, “D-s está buscando al hombre”.
Esta es justamente la idea central que refleja el pensamiento de Heschel: La obligación del hombre de ser un testigo de D-s. En su prolífica obra (17 libros, más de 60 ensayos y artículos traducidos a varios idiomas), Heschel lucha contra la deshumanización del hombre moderno, contra la alienación y la indiferencia, y nos pide que enaltezcamos nuestras vidas, que le demos más sentido, más sensibilidad y más significado.
Por eso, entender en profundidad el viaje de Abram, es comprender que cada uno de nosotros heredamos el “Lej Leja”. Y nosotros, como sus descendientes, tenemos la posibilidad de rubricar esa misma misión: dondequiera que nos encontremos, habrá una oportunidad y un momento para expresar algo esencial, algo que solo tú puedes hacer, para hacer de este mundo un lugar mejor.
Este mandato puede ser abrumador. Podemos sentir que es mucho, porque al fin y al cabo, ¿quiénes somos? Nadie levantaría la mano. No damos la talla. No somos Abram. Solo somos personas comunes, con familias, trabajo y vidas ordinarias. Sin embargo, D-s vé el individuo, vé su potencial, sus valores. Abram no era perfecto, pero al iniciar su viaje encarnó todo lo que es heroico en una persona.
Parafraseando a Heschel, Abram es el primer monoteísta porque entendió que si sería un testigo de D-s debía tomar partido: si el mundo es maravilloso, debemos celebrarlo. Si el mundo es terrible, debemos repararlo.
Es entender que no es un llamado, es una decisión.
Para iniciar el viaje, solo debemos dar el primer paso.
Shabat Shalom umeboraj !
Seba Cabrera Koch
Fuentes:
-Coffman, Aryeh. Tora con comentario de Rashi, tomo 1 Bereshit. 2001. Editorial Jerusalén.
-Heschel, Abraham Joshua. Democracia y otros ensayos. 1987. Buenos Aires. Ediciones Seminario Rabínico Latinoamericano.
-Heschel, Abraham Joshua. D-s en busca del hombre. Una filosofía de la religión. 1984. Buenos Aires. Ediciones Seminario Rabínico Latinoamericano.
-Midrash. Bereshit Rabá 39. Consultado desde Sefaria.org
-Parasha Lej-Lejá. Génesis 12:1-17:27 Consultado desde Sefaria.org