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Aleluya Israel
Aleluya Israel ! unas palabras ante un panorama sombrío.
Seguramente desde hace un tiempo, a Ud, avizorado lector, los medios internacionales y redes sociales le trajeron desde Medio Oriente imágenes que, desde el 7 de octubre de 2023, conjugan el espanto por el horror indecible y la violencia sin límites.
Aquel día, el grupo islamista Hamás lanzó un ataque sin precedentes contra civiles, disparando indiscriminadamente contra la población en sus casas, en las calles y en un festival de música.
Acribillaron a ancianos, mujeres y niños pequeños; encerraron a familias en sus casas y las quemaron vivas; mutilaron a decenas de mujeres y las violaron salvajemente en manada; mataron jóvenes, amputándoles miembros y desfigurándolos para imposibilitar la identificación. Decenas de desaparecidos. Cientos de secuestrados que aún no fueron liberados. Nunca la barbarie fue tan explícita.
Toda imagen y video también debe explicarse en su contexto: esto no fue perpetrado solamente por hombres terroristas, fueron también mujeres y menores de edad los que participaron de esta masacre. Y son el resultado de años de campañas de desinformación y adoctrinamiento, que crearon una nueva generación que glorifica el asesinato de inocentes, y sin más perspectiva de vida que ser premiados por morir como mártires.
Aquí no hay nada que romantizar: no son dos ejércitos peleando, uno con armas más sofisticadas, aviones y tanques; y otros con piedras, palos y que el Cielo se apiade. No hay David ni Goliat. No hay una historia épica ni una cruzada contra un opresor. Es una guerra por la supervivencia.
Tienen que saberlo: todas las víctimas, sean judios, palestinos y cristianos, israelíes y extranjeros, ciudadanos y turistas, todos son víctimas del fundamentalismo.
Hoy, el grupo terrorista fundamentalista islamista Hamas manipula y somete al pueblo palestino. Utilizan jardines de infantes, escuelas, hospitales y edificios residenciales como plataforma de lanzamiento para sus misiles y esconder sus armas. El asunto, y seremos claros, es que la solución al conflicto abruma por su simpleza: en el momento que el terrorismo deje sus armas, en toda la región habra paz y prosperidad; pero en el momento que los judíos dejen las armas, ya no habra ningún judío en la región. E irán por más. El motivo se evidencia en los principios del Hamas: “queremos eliminar a Israel, queremos eliminar a los judíos donde sea que esten”. Ese es el objetivo del Hamas.
No son una resistencia, ni son luchadores por la libertad y la emancipación de su pueblo. Son asesinos que atentan contra los valores occidentales y los ideales de libertad de expresión y democracia.
Ante esto, los judíos en cada rincón del mundo no nos quedamos de brazos cruzados: interpelamos a la sociedad en el pedido de repudio ante la masacre perpetuada por el fundamentalismo.
Apelamos a la humanidad contra tanta falta de humanidad.
Ante el dolor, seguimos poniéndonos de pie, de nuevo, secamos nuestras lágrimas, y buscamos salir adelante, fortalecidos. Porque Israel no sólo es el hogar ancestral judío, donde las raíces en esta tierra se remontan a más de 5000 años: es el hogar de judios, cristianos, árabes, musulmanes, drusos y beduinos que buscan vivir en paz.
Sin agua, petróleo o recursos naturales, Israel es un país con 9,5 millones de habitantes en donde la educación, el multiculturalismo y la tolerancia son el reflejo de una sociedad donde todas las minorías son respetadas, y en la cual todos los ciudadanos israelíes, árabes y judíos son iguales ante la ley, amparados en los principios de una democracia sólida, única en la región. Donde se garantiza el derecho de la mujer sin distinción alguna, donde participan en las elecciones como votantes y como candidatas para ser elegidas, con acceso equitativo a una educación de calidad, derecho a la propiedad privada independientemente de su estado civil, y una defensa específica contra la violencia de género: todos hitos impensados aún hoy para todos los países de la región.
Somos un país democratico en la tierra de Israel, y también somos un Pueblo, el Pueblo de Israel, disperso por todo el mundo. Nuestros valores nos movilizan a llevar bienestar al resto del mundo, compartiendo nuestros logros con la humanidad como siempre lo hemos hecho.
Pero, desde el 7 de octubre de 2023, nos invade la angustia y la tristeza. Los judíos aprendimos que no le importamos al mundo tanto como esperábamos. El silencio de los que callan ante el horror está volviendo este mundo un lugar más sombrío.
Solo tenemos un camino: nos pondremos de pie, porque supimos escribir una Historia que a lo largo de los milenios esquivó sentencias y contradijo probabilidades.
Ante la ceguera con la que los judíos son juzgados, seguiremos cantando, rezando y tratando de seguir reparando el mundo.
Ante la evidencia de que depende de si mismo, aseguramos que el Pueblo Judío, una vez más, es dueño de su propio destino.
Ante el fanatismo, levantaremos la bandera de la libertad y de la igualdad ante la Ley.
Ante el terrorismo, protegeremos la vida, y entregaremos hasta el último aliento buscando justicia.
Ante el negacionismo de los que tergiversan la verdad, proclamaremos que somos sobrevivientes e hijos de sobrevivientes, que soñamos retornar a la Tierra prometida a nuestros ancestros, y que con nuestras manos transformamos ese sueño en una realidad palpitante.
Dijo Ana Frank: “Lo que se ha hecho no se puede deshacer, pero se puede evitar que ocurra de nuevo.” Por eso, estudiaremos, escribiremos y recordaremos. Seguiremos educando a nuestros hijos para que puedan forjar un futuro mejor. Bailaremos y cantaremos más fuerte que nunca. No callarán nuestras voces reclamando justicia.
Por los que no están, por nosotros y por los que vendrán, seguimos reclamando que regresen vivos a cada uno de los secuestrados por Hamas. Nuestra esperanza y fe nos guiarán para superar los retos y desafíos que nos toque afrontar, para
seguir trabajando por un mensaje de paz, entendimiento y respeto entre todos.
Am Israel Jai, que significa: El Pueblo de Israel Vive.
Sebastián Cabrera Koch.
Secretario Organizacion Sionista Argentina Filial Salta.
Especial agradecimiento a Dr. Pablo Chalcoff, Prof. Dr. Udi Manor y Lic. Israel Cinman por sus
valiosisimos aportes e inestimable colaboración.